Grupo C

Playlist // Publicación en Boder Magazine // Instalación fotográfica en Fuck this Studio

Junto a Silvia Seivane

Si existe un manual de instrucciones para formar una relación, nosotras no lo leímos. O bueno, lo abrimos al revés.

Salimos una noche de fiesta casi sin conocernos. Silvia bebió mucho vino y yo estaba sobria pegada a un bote de popper. Me vomitó en los pies y me metió mano medio inconsciente. Supongo que puedo decir que ahí me enamoré.

Fundido a negro.

Marta vino un día a mi facultad a ver a nuestra amiga en común. Buena excusa, chata. Las tres tomamos café y, cuando se despidió, me agarró tan fuerte de la cazadora hacia abajo que llegué a medir igual que ella. La atracción, literal.

Era la segunda semana de marzo de 2020. No sabíamos la que se nos venía encima.

Fundido muy largo y muy negro.

Si hay algo peor que una relación a distancia es estar en algo parecido a una relación, a distancia y en pandemia.

Nos mandábamos fotos de la infancia.

Y otras más para mayores.

Quedábamos por las noches por Skype.

Y no decíamos ni una palabra.

Un mes,

mes y medio…

dos meses y algunos días pasaron hasta que nos vimos, de verdad.  

Mientras tanto, nuestras huellas digitales se entrelazaron en unas 600 imágenes de whatsapp y una playlist que podría funcionar perfectamente como BSO de una cuarentena bastante particular de amor primaveral con olor a tontería y hormonas adolescentes.